La cremación es un proceso mediante el cual se reduce a cenizas el cuerpo de una persona fallecida. El proceso de cremación se lleva a cabo en un horno especialmente diseñado para este fin, llamado crematorio.
A continuación, te describimos los pasos básicos del proceso de cremación:
- Preparación del cuerpo: Antes de la incineración, el cuerpo se somete a un proceso de preparación en el que se eliminan cualquier tipo de prótesis o elementos metálicos que pudiera tener, ya que estos no pueden ser cremados.
- Colocación del cuerpo en el horno: Una vez preparado, el cuerpo se coloca en un ataúd especialmente diseñado para la cremación. El ataúd se coloca en el horno crematorio, que suele tener una capacidad de un solo cuerpo.
- Encendido del horno: Una vez colocado el ataúd en el horno, éste se cierra y se inicia el proceso de cremación. El horno se calienta a una temperatura de entre 750 y 1.000 grados Celsius durante unas dos o tres horas.
- Reducción a cenizas: Durante el transcurso de cremación, el cuerpo se reduce a cenizas y huesos calcinados. Las cenizas se recogen y se depositan en un recipiente especialmente diseñado para este fin, conocido como urna.
- Entrega de las cenizas: Una vez finalizado, las cenizas del fallecido se entregan a la familia o a la persona designada para su cuidado. Las cenizas pueden ser conservadas en la urna, ser dispersadas en un lugar para el fallecido o sus seres queridos o son enterradas.
Es importante destacar que cada religión tiene dictamenes específicos en cuanto al proceso de cremación. Por lo tanto, es recomendable informarse sobre las normativas aplicables si se está considerando llevar a cabo una incineración.
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