Cuando un ser amado muere, debemos afrontar una abrumadora lista de trámites burocráticos y un mar de emociones diversas. Además hay que tomar una serie de decisiones importantes, como el qué hacer con las pertenencias de un ser querido.
Decidir qué hacer con las pertenencias de nuestro ser querido es complicado y aquí hay dos extremos totalmente. El primero es que nos neguemos rotundamente a tocar sus pertenencias. A esto los psicólogos lo llaman “momificación” y se define como hecho de mantener absolutamente todas sus cosas tan cuál estaban cuando vivía. Es como si esperamos su regreso y, por lo tanto, no estamos aceptando la realidad de la pérdida.
En el otro extremo, puede que haya muchas cosas que queramos donar, regalar, organizar. Ya sea porque así fueron los deseos de nuestro ser querido o porque no tenemos lugar para guardarlas. Leer cómo limpiar la casa de un ser querido fallecido. Clic Aquí.
Antes de avanzar en este proceso, hay que recordar que no hay ninguna prisa para emprender esta tarea ni tampoco una meta específica como, retirar todo en un solo día o limpiar todos los muebles de un momento a otro, tómate el tiempo que necesites.
Para apoyarte en la decisión sobre qué hacer con las pertenencias de tu ser querido, te dejamos los siguientes consejos.
Consúltalo con tus amigos y familiares:
Tu círculo cercano puede constituir un gran apoyo anímico en esos momentos en los que sientas que no tienes las energías suficientes. Por otro lado, puedes designar a alguien para que lleve a cabo alguna de las tareas mientras que tú ejecutas otras, es decir, quizás tú no te sientes bien para ver seleccionar que pertenencias se quedan y cuáles no, pero puedes ayudar limpiando o acomodando muebles.
Elige qué quieres conservar y qué no:
Haz una división de sus pertenencias en 3 categorías: “para mí”, “para donar” y “para los demás” (pueden ser amigos o familiares). Colócalos en cajas y ve distribuyéndolos en ellas.
Hazlo paso a paso:
Debes hacer un poco cada día, tomarte pequeños descansos que te permitan reflexionar y descargar tensiones. No te presiones de más, recuerda ser amable contigo mismo y tus emociones.
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