Lo sabemos, suena un poco excéntrico, pero es una de las mejores preguntas que nos podemos plantear. Planificar nuestro propio funeral es concretar nuestros deseos funerarios, es decir, las decisiones y las reflexiones personales que nos gustaría que nuestros familiares respetaran después de nuestro fallecimiento.
Al organizar con antelación nuestro funeral no quiere decir que estemos predispuestas a que pase pronto o que quizás estamos “llamando a la muerte”, como se suele decir en México, más bien, estamos quitando un gran peso a nuestros seres queridos a la hora de nuestra muerte, pues ya no tendrán que ocuparse de los gastos y la organización del funeral.
Para empezar a comenzar a organizar nuestro funeral, tenemos que definir los siguientes puntos:
- Si será entierro o cremación
- Queremos o no donar órganos
- En qué lugar nos gustaría descansar, elegir el nicho, cementerio, etc.
- El tipo de servicio o memorial que queremos
- Elección de música, flores, asistentes y si lo creemos necesario, redactar con antelación las palabras que nos gustaría que escucharan nuestros seres queridos.
- Definir un presupuesto
- Elegir el mejor servicio funerario.
Nadie mejor que nosotros mismos para elegir lo que queremos, es cierto que muchas personas pueden pensar que tener un plan preventivo es poco importante, ya que cuando uno está muerto, no hay sentido de nada. Nada más alejado de la realidad.
Para poder ayudarte en este proceso, puedes consultar nuestro comparador de planes preventivos, en el siguiente enlace, Clic Aquí, encontrarás un listado de funerarias de acuerdo a tu ubicación y necesidades.
Entre el shock emocional del momento por la pérdida y la presión por los trámites burocráticos a realizar, nuestros familiares tienen que lidiar con tareas nada sencillas y difíciles, pues no están en el mejor momento para tomar decisiones.
Prepararnos para despedirnos en cualquier momento es uno de los mayores regalos que les podemos hacer a los nuestros queridos.