Lo hecho está hecho, no asistir al funeral de alguien cercano puede hacerte sentir culpable, como si hubieras defraudado a tu ser querido, incluso después de su muerte. Esta es una forma natural de sentirse, pero es importante tener en cuenta que en realidad es solamente una expresión de tu dolor, y que en realidad no le fallaste a esa persona.
Honra la pérdida a tu manera
No asistir al funeral, no significa que no puedas despedirte de tu ser querido. Es probable que sientas necesitas hacer algo para hacerle saber que te importa su pérdida y lo importante que fue esa persona para ti. Es en ese momento, debes honrarlo a tu manera.
La forma en que decidas hacerlo depende de ti; no tiene por qué parecerse a un funeral, algunas opciones serían:
- Escribirle una carta y leerla en voz alta.
- Lee su libro favorito,
- Escuchar su canción preferida
- Visita un lugar que le gustaba y simplemente sentarse allí, sintiendo su presencia.
- Haz una actividad que hayan disfrutado juntos.
Haz lo que sientas que es la mejor manera de despedirte. Al igual que no hay una forma correcta o incorrecta de vivir el duelo, tampoco hay una única forma de honrar su memoria.
La importancia del funeral
Los funerales son una forma de honrar a la persona que ha fallecido, es una ceremonia para sus familiares y amigos, no para ellos. Su propósito es iniciar el proceso de curación, dándonos una manera de despedirnos y la tranquilidad de saber que lo hicimos adecuadamente y con dignidad.
Pero no es necesario estar en un funeral para hacer estas cosas. Aunque una ceremonia pública es la forma tradicional de presentar sus respetos, hay otras maneras de honrar a esa persona especial, que solamente tu sabes cómo serían.
No seas duro contigo mismo
Es bien sabido que en esta vida, no todo está bajo control y así como hacemos planes a futuro, también hay sucesos que nos cambian la realidad de un momento a otro.
Es comprensible sentir culpa por perderte la ceremonia, pero es importante que no te dejes llevar por ese sentimiento y te ahogues en él. No todo puede salir como se ha planeado, y no puedes controlar el tiempo o cuándo despegan los aviones.
Incluso si te perdiste el funeral porque estabas atrapado en tus propios problemas, o simplemente no podías enfrentar la realidad de la muerte de tu ser querido todavía, eso está bien.
Recuerda que esto es duro para todos y sé amable contigo mismo. En la medida de lo posible, trata de ver las cosas con objetividad y perdónate por no haber estado allí. Pregúntate si tu ser querido preferiría que te sentaras a pensar en tu culpa o si, por el contrario, querría que te centraras en tus recuerdos de él y en los buenos momentos y el gran amor que compartisteis. Lo más probable es que sea lo segundo.
Si a pasado tiempo y sigues luchando por hacer las paces con el hecho de haberte perdido el funeral, te recomendamos acudir a tu red de amigos y familiares, o incluso a un profesional.
A veces sólo podemos cargar con nuestros sentimientos por nuestra cuenta durante un tiempo antes de necesitar compartirlos y obtener otra perspectiva. Escuchar a otra persona decir que tú también mereces la paz puede ser de gran ayuda.
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