Tradiciones judías sobre la muerte y el luto

Para entender las tradiciones judías sobre la muerte y el luto, primero hay que hablar del judaísmo, este se considera como una de las religiones más antiguas del mundo, con el paso de los siglos. Han surgido muchas progresiones y modernizaciones de pensamiento. Mientras que, por un lado, los judíos ortodoxos conservan fuertemente sus costumbres, por otro lado, algunos judíos reformistas han modificado estas costumbres fúnebres tradicionales.

En la filosofía judía y parte de tradiciones judías sobre la muerte y el luto, se enseña a no temer a la muerte, porque no significa el fin absoluto, sino un paso a la siguiente etapa del ser. El cuerpo es un recipiente para que el alma lleve a cabo su trabajo sagrado en el mundo terrenal. Una vez terminado su ciclo, el alma se desprende del cuerpo y va a una vida después de la muerte.

La santidad de la vida es un elemento central de las creencias judías. La tradición dice que quien salva una sola vida humana, es como si salvara el mundo entero. Por lo tanto, aunque está prohibido acelerar la muerte (como puede ser la eutanasia y el suicidio). En determinadas circunstancias está permitido terminar con la prolongación artificial de la vida, especialmente si la muerte es inminente y la persona está sufriendo. 

Cuando una persona está en los últimos momentos de su vida, es tradición que la familia siempre se encuentra a su lado. Con el objetivo de reconfortarlo y despedirse adecuadamente. Es común que se le recen oraciones en su transición al más allá, aunque no exista la extremaunción. 

En este punto y como parte de las tradiciones judías sobre la muerte y el luto, un rabino ya debió haber visitado a la comunidad para orientar a un miembro de la familia sobre las preocupaciones y deseos de la persona.

  • Inmediatamente después del fallecimiento:

Una vez que la persona fallece, se debe informar al rabino y la familia inmediatamente. El cuerpo debe ser cubierto con una sábana cuidando que los ojos y la boca se encuentren cerrados. Es costumbre colocar una vela encendida junto a la cabeza y abrir una ventana para permitir que el alma salga de la habitación.

El cuerpo no se debe dejar solo hasta después del entierro, debe estar acompañado por shomerim (guardias o cuidadores). Nadie debe comer, beber o cumplir los mandamientos judíos en presencia del cuerpo. Es muy importante lavarse las manos al salir de la habitación.

  • Antes del funeral:

El cuerpo debe ser depositado con los pies apuntando hacia la puerta, luego se lava a fondo y se cubre con un sudario blanco liso, que simboliza la pureza y la sencillez. Esto suele hacerlo una organización llamada Jevrá Kadishá, considerada una de las funciones más meritorias del judaísmo. Porque sus miembros prestan un servicio a alguien que no puede agradecérselo ni pagárselo.

Las autopsias, el embalsamamiento y la extracción de órganos no están permitidos. Aunque algunas autoridades judías permiten o incluso fomentan la donación de órganos si con ello se salvan vidas. La cremación no está permitida.

Es tradición enterrar el cuerpo lo antes posible, aunque los funerales no deben ser realizados en días festivos o en el Sabbath. Las tumbas deben estar marcadas con una lápida para que no se olvide al difunto. Aunque algunas comunidades mantienen la lápida velada durante un periodo de 12 meses tras el entierro. Tras el cual celebran una ceremonia de descubrimiento en la que se conmemora a la persona.

  • Durante el funeral:

El ataúd debe permanecer cerrado, los familiares directos pueden expresar su dolor rasgando ritualmente una de sus prendas, (práctica conocida como keriya). Aunque algunos tienen la costumbre de rasgar las vestiduras en el momento en que se enteran de la muerte.

Se hace un panegírico tradicional, después los portadores del féretro se encargan de trasladar el ataúd desde la funeraria hasta el lugar de descanso final. El entierro se considera la etapa final de devolución del cuerpo a la tierra, su fuente original.

Los asistentes al entierro deben formar dos filas paralelas, y los miembros de la familia inmediata pasarán por la comunidad de abrazos mientras pronuncian las tradicionales palabras de consuelo. 

  • Durante el shiva:

Después del funeral, comienza un periodo de luto de siete días para la familia inmediata, llamado shiva. A los dolientes no se les permite salir de casa durante este tiempo, los amigos, la familia y suelen visitar el hogar para dar consuelo y ofrecer sus condolencias. 

Si acudes a la casa de un doliente durante el shiva, probablemente verás velas encendidas, espejos cubiertos y a los miembros de la familia descalzos sentados en taburetes bajos.

No esperes que los dolientes presten atención a las actividades cotidianas, como cocinar o asearse, para eso, la gente suele llevar comida para la familia y otros visitantes.

Si así lo desean, los dolientes deben ser quienes inicien las conversaciones, si no, pueden sentarse en silencio y hay que respetarlo.

  • Posterior al shiva:

Una vez que termina el periodo de Shiva, la familia debe seguir honrando a su ser querido, no asistiendo a fiestas o celebraciones durante al menos 30 días (shloshim). Se ofrecerá una oración (kaddish) diaria durante todo un año, y luego periódicamente en momentos de recuerdo durante el resto de la vida del doliente. 

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