¿Qué pasa después de la muerte?

Como seres humanos consientes, todos tenemos la esperanza de que exista algo más para nosotros después de la muerte, ya que la idea de que simplemente nuestra vida termine como si de apagar un televisor se tratara resulta insuficiente.

Pero entonces, ¿Qué pasa después de la muerte?, sin duda esta es una de las preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez en nuestra vida, y existen un sinfín de respuestas a esta pregunta tan ambigua.

Comencemos tratando de entender que es lo que pasa físicamente con nuestro cuerpo.

¿Qué pasa con el cuerpo despues de la muerte?

Como tu corazón deja de latir, tu sangre deja de circular, se espesa y se coagula. Al dejar de circular, comienza a acomodarse por el peso de la gravedad en un proceso conocido como livor mortis o lividez post mórtem.

Sin circulación, tu cuerpo comienza a perder temperatura y tus músculos se endurecen, en un proceso conocido como rigor mortis.

Este proceso suele iniciarse después de 4 o 6 horas, primero en los músculos más pequeños como los de los párpados o la mandíbula, luego le sigue el cuello, y más tarde los músculos más grandes como los brazos o las piernas.

Esto dura entre 36 y 48 horas, dependiendo de una serie de circunstancias. El frío, por ejemplo, puede ralentizar el rigor mortis. Pero si uno tiene fiebre cuando muere, se acelera.

Al dejar de respirar, nuestras células ya no se nutren de oxígeno. Sin oxígeno, la mitocondria dentro de las células no puede producir adenosín trifosfato, conocido por sus siglas en inglés como ATP, una sustancia química que cumple una serie de funciones celulares.

Y, si tus células no pueden producir ATP, dejan de funcionar.

Turno de las bacterias

Las células muertas comienzan a romperse y a liberar toda clase de sustancias – incluidas enzimas- que crean un ambiente ideal para las bacterias y los hongos, que se incorporan a esta mezcla y comienzan a descomponer el cuerpo.

Durante el proceso de descomposición, las bacterias despiden una gran variedad de derivados químicos. Dos en particular, la putrescina y la cadaverina, ambas de un olor muy desagradable.

También se producen compuestos que contienen azufre que, junto con numerosos gases que comienzan a hinchar el cuerpo temporalmente.

Este proceso de descomposición se ve afectado por numerosos factores. La regla básica es que, bajo tierra, el cuerpo tarde ocho veces más en descomponerse que fuera de ella.

¿Son ciertos los mitos?

Un mito muy arraigado es que las uñas y el pelo continúan creciendo al menos un poco cuando uno está muerto.

  • ¿Qué hay de cierto?

Nada, según explica Caitlin Doughty, directora de funerarias de la organización “The Order of the Good Death”.

“El cabello crece muy poco cada día. Pero cuando uno muere este proceso se detiene”.

“Por miles de años, la gente pensaba que el pelo y las uñas seguían creciendo, porque esa era la impresión que daban los muertos. En realidad, no crecen: da esa sensación porque el resto del cuerpo se encoge”.

Es decir, no es que las uñas crezcan, sino que la piel que las rodea se retrae. Y medida que se deshidrata, las uñas van pareciendo un poco más largas.

Lo mismo pasa con la piel de la barbilla de un muerto: se retrae y hace que los vellos sean más prominentes.

¿Qué pasa con la conciencia?

La vida después de la muerte (también conocida como después de la vida, vida futura, existencia post-mortem, ultratumba, vida en el “más allá” o vida eterna​) es la creencia de que la parte esencial de la identidad o el flujo de consciencia de un ser vivo continúa después de la muerte del cuerpo físico o espiritual.

Según diversas ideas sobre esta vida, la esencia del que vive después de la muerte puede ser el de algún elemento parcial o la supervivencia del alma, espíritu o consciencia que lleva consigo y puede conferirle una identidad personal.

Desde distintos puntos de vista, esta existencia continua hipotética tiene lugar en un ámbito espiritual, mientras que, en otros casos, el ser puede volver a nacer en este mundo y comenzar el ciclo de vida nuevamente, probablemente sin recordar lo que ha hecho en el pasado.

En este último punto de vista, tales renacimientos y muertes pueden tener lugar una y otra vez continuamente hasta que ingrese en un reino espiritual u Otro Mundo. Los principales puntos de vista sobre la vida después de la muerte derivan de la religión, el esoterismo y la metafísica.

Las investigaciones al respecto aseguran que ciertos patrones se repiten, como la luz blanca y radiante, la sensación de desconexión con el cuerpo, el largo túnel o una intensa paz interior. Incluso un estudio de la Universidad de Nueva York afirma que la conciencia humana no desaparece inmediatamente después de la muerte.

Lo que significa que, en teoría, alguien podría escuchar cómo los médicos anuncian su propio deceso. Sin embargo, estos ‘papers’ no cuentan con muchas experiencias personales o al menos no las describen con todo lujo de detalles. Para ello, a través de la historia se han recolectado un sinfín de testimonios de personas que se “han ido” para después regresar. Si es o no lo que de verdad ocurre en el limbo, nunca lo sabremos. Lo que está claro es que no hay dos historias iguales.

Testimonio

Uno usuario comenta que hace cinco años se sometió a una cirugía importante. Comenzó a sangrar y estuvo en un estado de muerte clínica durante varios minutos. “Me desperté en un lugar que parecía el espacio, pero no había estrellas ni luz. Ni siquiera estaba flotando, tan solo tenía conciencia de estar ahí. Tampoco sentía frío, calor, hambre o cansancio, sino algo más neutral y pacífico.

Sabía que una luz cercana me atraía, pero no tenía ninguna necesidad de ir hacia ella en ese momento. Recuerdo haber pensado en mi vida, pero no como si fuese un montaje o una sucesión de fotografías, sino más como si estuviese remoloneando entre las páginas de un libro. Sea lo que fuere, sigo teniendo miedo a morir, pero no me preocupa el qué pasará después”.

¿Qué pasa con la familia después de la muerte?

Cuando fallece un ser querido se altera el equilibrio del sistema familiar y la consiguiente adaptación a la pérdida supone una reorganización, a corto y a largo plazo, en la que las etapas de duelo familiares e individuales se influyen recíprocamente.

No todas las pérdidas entrañan una crisis y, si las condiciones son favorables, el duelo puede realizarse normalmente sin que la familia necesite ayuda especializada. No obstante, en numerosas ocasiones, la muerte de un ser querido provoca una importante crisis vital tanto en el plano individual como en el familiar.

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