Todas los comentarios y cuestionamientos de abajo son el ejemplo de cosas que NO hay que decirle a alguien que está en duelo. Para ello primero hay que entender que el duelo es una etapa personal, cada quien la siente, vive y expresa a su manera, está bien estar ahí para esa persona y también es correcto si ella no quiere que estemos cerca.
- “¿Ahora cómo podrás solventar los gastos?”, “¿Ya pensaste cómo te acomodarás con el trabajo y los niños?.”
- “Ve el lado positivo…”, “Estarás bien, eres una persona fuerte.”
- “Me imagino que la pérdida fue muy importante, cuando murió mi abuela me sentía igual, deberías hacer lo que hice…” ,“Te mandé, un mensaje, pero no me respondiste.”
No se trata de esperar que nos agradezcan el apoyo o acudan a nosotros, se trata de ser empáticos y respetar el dolor ajeno.
Sabemos que muchos de estos comentarios no van malintencionados, pero pueden llegar a ser muy insensibles en este tipo de situaciones; si no sabes qué decir para no afectar más al doliente, aquí te dejamos 7 cosas que no hay que decirle a alguien que está en duelo.
1. Comentarios Positivos
“Al menos aún te queda…”, “La vida sigue, tienes que salir adelante”, “Agradece lo que tienes, no llores lo que perdiste”
Una de las tantas cosas que no hay que decirle a alguien que está en duelo, son los comentarios que expresan sentimientos de agradecimiento, se conocen a veces como afirmaciones positivas o positividad tóxica durante el duelo. Son comentarios que sólo intentan aliviar el propio malestar de la persona que lo dice, sin pensar genuinamente en el sufrimiento del doliente, intentando que una situación triste, parezca menos triste.
Trivializan sus sentimientos y pueden hacerles pensar que su tristeza no es válida o que no debe ser expresada.
En lugar de hacer este tipo de declaraciones, intenta abrir un espacio para que la persona pueda hablar de su pérdida, si así lo desea y si no, es mejor darle su tiempo.
Puedes cambiar la narrativa diciendo cosas como: “Tu familiar era muy especial; yo también la echo de menos”.
2. Hablar de tu propia experiencia de pérdida o enfocarte solo en ello
“Cuando mi abuela murió, yo me sentía un desastre, aún recuerdo cuando…” “Me pasó lo mismo, me sentía peor que tú”…
En momentos como este, no proyectes tu propia experiencia, por mejor intención que tengas, para alguien que está de duelo, esto puede parecer una desestimación de su dolor.
Es normal que creamos correcto hablar de nuestra experiencia, porque así intentamos decirle “sé cómo te sientes, estoy contigo”, pero lo cierto es que no lo sabemos, en lugar de eso, invitemos al doliente a hablar de sus sentimientos o simplemente estemos presentes para cualquier cosa.
3. Consejo NO solicitados
“Deberías salir más”, “el ejercicio te ayudará”, “busca algo para distraerte” o “intenta ser positivo”
Más cosas que no hay que decirle a alguien que está en duelo. La clave es simple, a menos que te pidan un consejo, no lo des. Por supuesto, queremos que esa persona se recupere, pero no podemos decirles cómo hacerlo con este tipo de sugerencias.
Cambia la narrativa, por “Escucha tu cuerpo”, “Muévete a tu propio ritmo”, y eso, solo en caso de que en verdad quieras dar un consejo, si no, es mejor mantenerse al margen.
4. Brindar ayuda de forma ambigua
“Hazme saber si necesitas algo”, “¿Puedo ayudarte en esto si lo quieres?”, “Aquí estoy para lo que necesites”
Los comentarios no están mal, al contrario, si en verdad es tu disposición ayudar en lo que sea necesario, dilo, pero cambiando un poco la estructura como: “yo me encargo de la cena hoy”, “puedo hacer la compra de la despensa el miércoles”, “mañana iré a pagar la luz, necesitas que pague algo”, es decir, comprométete con una hora y fecha en la que puedas ayudar a la persona.
Cuando las personas que atraviesan una pérdida, suelen notar que muchos de sus amigos y familiares se acercan a ellos poco después del fallecimiento, y luego, por lo general, no hacen ningún seguimiento o contestan negativamente cuando la ayuda les es solicitada. Esto parece poco sincero.
5. Involucrar a la religión
“Sé que nunca fuiste muy creyente, pero quizás acercarte a Dios te ayude”, “Ahora están en un lugar mejor”.
Este es un tema muy controversial, y antes de seguir, es importante aclarar que cual sea la religión que profeses, es respetable, pero, cuando se trata de inculcarla a alguien que no la profesa y no se siente unido a practicarla, es mejor no insistir y respetar su decisión.
La relación de una persona con la fe es profundamente personal, especialmente cuando se trata de la pérdida.
6. Hacer suposiciones
“A él no le hubiera gustado verte así”, “Ella no hubiera querido que lo cremaran” “Sé cómo te sientes”.
La verdad es que no sabemos ninguna de estas cosas, y asumir que sí, hará que la persona se sienta incomprendida. Muchas personas también asumen que cuando alguien está de duelo sólo querrá hablar de su dolor, no siempre es el caso
7. Consejos disfrazados de críticas
“Deberías haberlo superado; ya ha pasado un año”, “Cuando volverás a salir, todo el tiempo estás en casa”, “Pensé que estarías peor, veo que no has llorado”, “Parece que necesitas dormir más”, “Estás comiendo demasiado últimamente”.
No hace falta decirlo, nunca están bien. Son afirmaciones muy hirientes y, sin embargo, las personas en duelo las escuchan todo el tiempo.
En su lugar, limítate a afirmar los mecanismos de afrontamiento que la persona afligida te ha dicho que está aplicando. Por ejemplo, “Me alegro mucho de que hayas empezado a hacer terapia de duelo”.
En general, encontrar las palabras adecuadas en esta delicada situación puede parecer un reto, pero imagínate estar en el lugar de la persona en duelo, observa sus acciones y palabras, con base a ello habla con empatía, paciencia y comprensión.
Hay momentos, en los que no es necesario decir algo, muchas veces, con escuchar basta, aunque parezca que no es relevante, brindar un hombro para llorar y un abrazo, pueden ayudar mucho más, que un discurso de cien hojas.
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